Cada MWh de energía consumida durante el periodo contratado se factura a un precio fijo, determinado en el momento de la firma del contrato. Es importante que recuerdes que con la cláusula de renovación, el contrato de precio fijo suele transformarse en uno de precio variable sin fijar si no se ha iniciado una RFP.
Cada Mwh de energía consumida durante el periodo contratado se factura a un precio variable en función de las fluctuaciones del mercado:
Es la mejor opción si en un momento dado, por ejemplo en la renovación del contrato, no quieres correr el riesgo que conlleva el precio fijo.
En el momento de la suscripción, el valor de tu precio indexado corresponde al valor del precio fijo, pero a diferencia del precio fijo, el precio indexado seguirá las fluctuaciones del mercado a lo largo del tiempo.
El precio del índice está vinculado a un índice de referencia del mercado. Por tanto, el precio final dependerá del tipo de indexación:
Cuanto más bajo sea el índice elegido, mayor será la exposición del cliente a las fluctuaciones del mercado.
Cuando se tiene un contrato de suministro de gas o electricidad con un precio variable, la empresa contratante puede solicitar la fijación de precios a su proveedor. Se trata de fijar el precio de una parte de los volúmenes o de todo el perfil de consumo, previsto en un periodo futuro determinado en las condiciones económicas del mercado en ese momento. De este modo, la fijación permite al consumidor transformar un contrato de precio indexado en un contrato de precio fijo (total o parcialmente), eliminando el riesgo de una subida de precios y el consiguiente aumento de los costes de suministro.