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Las razones que desmienten la posibilidad de un gran apagón en España

Las razones que desmienten la posibilidad de un gran apagón en España


El miedo se propaga más rápido que cualquier virus. Esa frase hecha ha cobrado mucha relevancia en estos últimos meses a raíz de una noticia que ha comenzado a correr como la pólvora. La alerta de Austria a su población aconsejando qué necesitaría para hacer frente a un apagón masivo de electricidad en el país, y en todo el continente, ha desatado toda una locura de especulaciones e informes que apoyan dicho aviso. Sin embargo, la posibilidad de que España sufra un apagón de esas características es muy remota en la actualidad.

El ejército austríaco, tras conocer lo que estaba sucediendo en China y ver que las reservas de gas de Europa estaban a bajos niveles, se apresuró a analizar la posibilidad de quedarse sin suministro eléctrico durante varias semanas y sus efectos en la sociedad y en la economía. El gigante asiático, que ha tenido que racionalizar su producción eléctrica estableciendo horarios de consumo, cuenta con un sector eléctrico muy dependiente aún de combustibles fósiles y con una demanda eléctrica que supera su capacidad de producción, especialmente ahora en una época de recuperación económica tras la pandemia del covid-19.

Respecto al aviso de Austria, su ministra no habló de él como una posibilidad, sino como una certeza de la cual había que averiguar el “cuándo” iba a suceder. De este modo, el pánico se empezó a apoderar de buena parte del continente y cada país comenzó a analizar las posibilidades de sufrir ese apagón también en su territorio.

No obstante, el sector español cuenta con 3 claves que desmienten la posibilidad de sufrir en nuestro país un apagón masivo a corto plazo.

1· Un sector robusto

Comencemos diferenciando por qué se puede dar un gran apagón. El primer motivo es un fallo técnico en el sistema. Una tormenta que afecta a una torre de alta tensión o un árbol que cae sobre el tendido eléctrico pueden generar un cortocircuito en la red. Pero en España, donde estos casos lógicamente se dan de manera común, contamos con un sistema muy robusto gestionado por Red Eléctrica que permite que, si una zona cae, se pueda “conectar” otra para llevar la electricidad a la zona afectada.

Mapa de conexiones eléctricas en España. Fuente Red Eléctrica
Imagen 1: Mapa de conexiones eléctricas en España. Fuente Red Eléctrica

Viendo el mapa de la imagen uno se entiende más fácilmente como la generación tan distribuida a nivel nacional es una solución a posibles problemas de producción en uno u otro lugar. De ese modo, en España aprovechamos el recurso eólico de las zonas de la meseta castellana y Galicia, el recurso solar en el sur y la hidráulica de grandes ríos, por ejemplo, todos ellos apoyados por tecnologías térmicas que garantizan suministro eléctrico 24/7 y que están repartidas por prácticamente todo el territorio nacional.

Es más, el sistema eléctrico español (a diferencia del austríaco, por ejemplo), no depende en tan gran medida como otros de estar interconectado. Somos lo que se conoce como una “isla energética”. Por tanto, nuestra capacidad de producción es suficiente y garantizaría vivir “desconectados” de Europa, algo que no se puede decir de países del centro del viejo continente, mucho más dependientes de la producción nuclear de Francia o del gas natural de Alemania, por ejemplo.

2· Capacidad de producción

El segundo motivo es la falta de producción eléctrica. Y ese motivo es el más sencillo de desmentir, dado que ahí radica una de las grandes bazas para derribar el mito del gran apagón en España. La capacidad de generación está en torno a los 105 GW, mientras que la máxima demanda eléctrica jamás registrada alcanzó los 45 GW. Es decir, con todo en funcionamiento (aunque sea evidentemente imposible), podríamos abastecer a más del doble de la mayor demanda eléctrica nunca registrada en España. Por tanto, esa sobrecapacidad es garantía del “no apagón”. Incluso durante el fenómeno meteorológico de Filomena, en Enero de 2021, la demanda estuvo garantizada en todo momento a pesar del frío extremo y las condiciones climáticas tan adversas.

Aquí hay que detenerse para reforzar este argumento. Existen varios países que sí han sufrido estas faltas de electricidad por culpa de tener o bien poca cantidad, o bien poca variedad en la producción de su electricidad. Por ejemplo, un país con un 80% de hidro en su matriz, en un año sin lluvias sufrirá una crisis eléctrica. Así ha sucedido en países como Ecuador o Brasil, este último en este mismo año. EE. UU. o Sudáfrica, por ejemplo, también han sufrido apagones por falta de combustible. La dependencia de un recurso sí es un riesgo real de apagón masivo.

España tiene una matriz diversificada, con un 20% anual aproximado de electricidad procedente de la eólica, otro tanto de la nuclear, un 15% de la hidro, un 15% del gas natural, aproximadamente, y así hasta cumplir un 100% con prácticamente todas las tecnologías que, a día de hoy, pueden generar electricidad. Esto quiere decir que, si no llueve no hay que alarmarse, si no sopla el viento tampoco y, especialmente ahora, si hay poco gas, tampoco. Los precios de la electricidad suben, claro, pero eso no tiene una relación directa con la posibilidad de desabastecimiento.

Mix energético de España. Fuente Red Eléctrica
Imagen 2: Mix energético de España. Fuente Red Eléctrica

Red Eléctrica, además, lo dejó claro. “El sistema eléctrico peninsular español cuenta con más de 107 GW de potencia instalada que duplica cualquier pico de demanda que se haya producido hasta el momento. Por ejemplo, el máximo histórico alcanzó una potencia instantánea de 45.450 MW (17 de diciembre de 2007 – 18:53h); y el máximo registrado este año 2021 (hasta el momento) llegó a una potencia instantánea de 42.225 MW (8 de enero -14:05h)”. Y además, añadió que “España dispone de los recursos suficientes para recuperar el servicio y el suministro en muy pocas horas. La resiliencia de nuestro sistema eléctrico ha quedado demostrada en numerosas ocasiones. Por ejemplo, durante la tormenta Filomena, que tuvo lugar a principios de año, el sistema eléctrico español no se vio comprometido y garantizó el suministro eléctrico”.

3· Isla energética

Como hemos explicado en anteriores artículos, los elevados precios del gas y de los derechos de emisión de CO2 son causantes del alto precio de la electricidad. Sin embargo, los efectos de estos altos precios no deben repercutir en una falta de suministro, sino en un problema de liquidez del mercado ya que muchas comercializadoras no pueden abordar los pagos de garantías o de compra de electricidad. Ello está haciendo que muchas comiencen a quebrar.

Por tanto, la ausencia de gas es un problema económico sin repercusión directa en la capacidad de suministro eléctrico, que se puede compensar con más producción de otras tecnologías en caso de necesidad. Por mucho gas que falte, algo que ya ha ocurrido, no va a dejar de haber electricidad porque el mix energético del país no depende de los ciclos combinados. Además, los últimos anuncios del presidente de Rusia, Vladimir Putin, y los comunicados de Enagás, el operador de gas de España, han dejado claro que el suministro del combustible está garantizado para el invierno, en principio.

Posibilidad real

Aunque es cierto que jamás se puede asegurar algo al 100% y que las cosas pueden siempre torcerse, el riesgo de apagón eléctrico masivo en España no existe en las condiciones que se han planteado en la actualidad, dado que tenemos un sistema robusto, bastante independiente del sistema eléctrico europeo y con una gran capacidad de producción con varias tecnologías independientes entre ellas.

Cada sistema tiene sus características de generación y de interconexión, por tanto, cada país tendrá un riesgo asociado diferente al de su vecino. Lo que se debe hacer siempre es analizar cómo es cada uno y evaluar si puede haber un gran apagón por unas u otras circunstancias.

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