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Cómo crear una estrategia de fijación

Come impostare strategie di fixing

 

Una vez firmado el contrato de suministro a precio indexado, suele existir la posibilidad de solicitar al proveedor que fije el precio de la electricidad o gas, para una parte del consumo contratado, durante un periodo definido.

En definitiva, se puede pasar de un contrato de precio totalmente variable a un suministro cuyo precio se fija parcial o totalmente antes del periodo de consumo. Pero, ¿cómo es posible decidir cuándo pedir una fijación y para qué cuota de volumen hacerlo?

¿Cómo decidir cuándo hacer una fijación?

En primer lugar, una estrategia de fijación debe partir del análisis de los mercados y la predicción de cómo podrían evolucionar los precios en el futuro. Este tema, como ya hemos dicho muchas veces, es absolutamente esencial para poder gestionar correctamente un contrato indexado con fijación.
Por ello, se analizan los fundamentos del mercado del gas y la electricidad, con metodología y constancia, para crear posibles escenarios de la evolución futura de los precios. A partir de estos escenarios, que deben actualizarse constantemente para absorber cualquier posible cambio en los factores fundamentales, es posible hacerse una idea de cómo podría evolucionar el mercado en un futuro próximo. Los análisis se basan en una multitud de factores que repercutirán durante un periodo de tiempo o en un momento determinado en el futuro, pero también deben considerar los aspectos geopolíticos, macroeconómicos y a veces psicológicos del mercado. Gracias a la interacción de estos diferentes factores, se crea un escenario y una curva de precios a futuro de lo que podría ocurrir. A partir de los resultados, se procede a desarrollar la estrategia de fijación que se aplicará a los consumidores.

¿Cómo establecer estrategias de fijación?

Hay diferentes enfoques sobre cómo establecer una estrategia de fijación. Hay quien intenta encontrar el mejor momento (el punto de mínimo de los precios) para solicitar una fijación sobre el 100% (o casi) del volumen contractual, otros prefieren fijar en más ocasiones pequeños tramos.

Lo cierto es que la mejor estrategia de fijación es la que mejor se adapta al apetito de riesgo del operador y de la empresa, la que mejor se adapta, como un traje a medida.

Por ello, lo primero que hay que hacer es identificar la disposición de riesgo y el mejor enfoque. Si la prioridad es conseguir el precio más bajo y limitar el número de fijaciones al mínimo, la estrategia de fijación se centrará en encontrar el momento adecuado para pedir al proveedor que fije una parte consistente de los volúmenes, incluso para fijar el 100% en 1 o 2 tramos.

La otra cara de la moneda, en este caso, es que hay que estar dispuesto a aceptar el riesgo de no poder aprovechar el mejor momento para ejecutar el fixing o, incluso, ejecutarlo en el momento en que los precios son más altos.

Si, a la inversa, la prioridad es limitar al máximo el riesgo de realizar la fijación en el momento equivocado, la estrategia de fijación deberá sin duda optimizar el timing, pero sobre todo deberá prever la demanda de más tramos de fijación para subdividir los volúmenes fijados en el curso de un amplio período. Por otro lado hay que ser conscientes de que un mayor número de fijaciones diluye, sí, el efecto negativo de una fijación en el momento en que los precios son muy altos, pero diluye igualmente la ventaja de ejecutar una fijación con los precios a los mínimos.

En ambos casos, la mayor dificultad reside en comprender el mercado y ser capaz de reaccionar correctamente a él. No olvidemos tampoco que, además de encontrar el momento adecuado para realizar la fijación, también hay que considerar la posibilidad de no fijar toda la cuota de volumen para un periodo determinado, es decir, aprovechar o no una posible bajada de los precios spot durante el periodo de consumo. De hecho, a menudo puede ser preferible dejar que una parte del volumen contratado quede expuesta a las fluctuaciones de los precios.

Planificación de la estrategia de fijación

Manteniendo un buen nivel de flexibilidad, es aconsejable planificar de antemano el enfoque de la gestión de la oferta, estructurando un proceso de optimización que permita aprovechar la volatilidad del mercado, pero también evitar que que nos pille desprevenido cuando el mercado sufra una fuerte caída o, por el contrario, un fuerte impulso al alza.


Es obvio que no es posible decidir de manera puntual y precisa todas las fijaciones a realizar durante el año, pero es importante identificar, también sobre la base de lo acordado con el proveedor, algunos parámetros de referencia.

En primer lugar, lo ideal es tener un objetivo de precio por debajo del cual se considera haber obtenido "un buen precio" y un precio por encima del cual se preferiría no pasar (¡el "pagar demasiado o poco" es siempre un concepto subjetivo!). Además, es importante elegir qué periodos se quieren considerar para la fijación (todo el año, los trimestres o los meses sueltos), qué volúmenes se quieren cubrir tendencialmente con cada fijación (10%, 25%, 50%, ...) y con cuánto tiempo de antelación a la entrega se decidirá si se deja o no una parte de los volúmenes expuestos al precio de mercado.

En definitiva, es importante tener una especie de plan ideal para la gestión de la fijación que pueda definir en principio los pasos para la optimización del suministro. A lo largo del periodo, pues, analizando los mercados y reaccionando con prontitud a las eventuales oportunidades, será más sencillo establecer si hay que solicitar una fijación, cuánto cubrir y cuándo hacerlo.

¿Puedo gestionar yo también las fijaciones?

La gestión de un contrato de suministro a precio indexado con posibilidad de fijación puede, por tanto, parecer complicada y esto suele desanimar a quienes no tienen conocimientos específicos sobre los mercados dentro de la empresa. ¿Qué hacer, pues?


Como hemos dicho muchas veces (puedes leer el artículo sobre los pros y los contras de los precios fijos y variables) la solución correcta es sólo la que más nos convenga.

No hay que elegir a toda costa el precio indexado si no nos da confianza, si los volúmenes consumidos son tan bajos que no justifican el esfuerzo de optimizar el coste, o si simplemente no lo consideramos prioritario.

 

Pero no necesariamente tienes que elegir un precio fijo sólo porque no tienes la capacidad interna para gestionar una factura indexada.

Hay numerosos servicios disponibles para quienes necesitan apoyo en el mercado y que permiten incluso a quienes no son expertos en análisis y previsión de mercados aprovechar las oportunidades que ofrece un contrato de precio variable con fijación. Consultores, plataformas, proveedores de datos, gestores de carteras, la elección es bastante amplia y variada.

 

Si te parece interesante un contrato indexado con fijación, en definitiva, la forma de aprovecharlo existe y está disponible. Lo importante es optar por gestionar la oferta de forma coherente con tu planificación y sin improvisar. Es mejor elegir un precio fijo que hacer arreglos tirando una moneda al aire.

 

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