¿Qué es la estacionalidad?
La estacionalidad es un fenómeno, a menudo de origen climático o meteorológico, que provoca una dinámica recurrente y reconocible de alteración de la demanda o de la oferta de un bien, que se traduce en subidas o bajadas de precios.
El factor más importante de la estacionalidad es el carácter cíclico con el que se repite un cierto desequilibrio entre la oferta y la demanda, lo que da lugar a cambios de precios que tienden a ser predecibles.
Tomando un ejemplo típico de nuestra vida cotidiana, sabemos que comprar fruta de verano fuera de temporada suele costar más porque hay menos disponibilidad, mientras que comprarla en verano cuesta menos porque hay mucha oferta.
Mientras que lo que es predecible es (normalmente) el movimiento de los precios debido a la estacionalidad, lo que no es predecible es la magnitud de este movimiento o si la estacionalidad tendrá un efecto más fuerte o más débil. En los años en los que hay poco sol/demasiada lluvia u otros elementos que se desvían de la normalidad, la oferta de fruta de verano puede ser menor y los precios más altos de lo habitual o viceversa, los años especialmente buenos tienden a bajar más los precios.
La ciclicidad y previsibilidad de un evento estacional, por tanto, puede sufrir alteraciones debidas a elementos anómalos que comprometen la posibilidad de predecir la tendencia real de los precios.
Estacionalidad del gas natural
Está claro que la estacionalidad es un elemento bastante común en la vida cotidiana, pero cuando se trata del gas natural y la electricidad, la dinámica estacional puede ser menos inmediata y sufrir elementos de alteración que comprometen su tipicidad.
El gas natural, especialmente en Italia y Europa, pero en general en todo el mundo, está sujeto a la dinámica estacional propia de su uso para calefacción. En invierno, cuando hace frío, aumenta la demanda de gas para mantener calientes las habitaciones en las que vivimos, trabajamos, comemos, etc.
Por tanto, la demanda de gas es mayor, el gas almacenado se usa y los precios tienden a ser más altos que en verano.
Durante el verano, cuando la calefacción no es necesaria y la demanda es significativamente menor, los precios son normalmente más bajos y el gas se compra para llenar los almacenes y reponer las existencias para su uso en el período frío.
La curva de precios a plazo refleja normalmente esta dinámica estacional, y es posible describir una "estacionalidad teórica" que indica las relaciones de precios que deberían existir entre los distintos trimestres del año en ausencia de otros acontecimientos fundamentales que alteren el equilibrio entre la oferta y la demanda.
El primer trimestre suele ser el más caro, precisamente por el pico de temperatura que aumenta la demanda de gas para calefacción doméstica. En los trimestres de verano los precios suelen ser más bajos que en invierno y bastante similares: en el segundo trimestre las temperaturas primaverales provocan un importante descenso de la demanda de gas para uso doméstico, que no se compensa con la demanda de inyección en el almacenamiento, que alcanza su máximo en el segundo trimestre.
En el tercer trimestre, el descenso de la demanda de inyección en el almacenamiento se ve compensado por una mayor demanda de gas para uso termoeléctrico debido a la necesidad de refrigeración provocada por las temperaturas estivales. Por último, en el cuarto trimestre, cuando comienza el invierno, la demanda de gas para calefacción provoca el aumento de los precios, que alcanza su punto máximo, como se acaba de mencionar, en el primer trimestre.
Tendencia de los trimestres de estacionalidad para el gas
Esta "estacionalidad teórica" de los precios del gas puede, sin embargo, verse amplificada o, a la inversa, totalmente contrarrestada, por factores ajenos que intervienen de forma anómala para modificar el orden de la demanda o de la oferta. Por ejemplo, un invierno extremadamente benigno, en el que la demanda de gas es menor de lo habitual, puede terminar con unos niveles de gas almacenado muy superiores a los esperados (esto ocurrió en 2019), provocando así una caída muy acusada de los precios en el periodo estival debido a una demanda de inyección en el almacenamiento menor de lo normal.
Por el contrario, en este turbulento 2021, la típica estacionalidad de los precios del gas se ha visto completamente alterada y anulada por factores contingentes. Unas existencias muy reducidas a finales del invierno, la persistencia del frío en primavera y una demanda asiática extremadamente elevada son algunos de los elementos que apoyaron los precios, que subieron de forma constante a lo largo del año hasta alcanzar niveles nunca vistos.
Estacionalidad de la electricidad
La electricidad, a diferencia del gas natural, tiene una estacionalidad que depende estrechamente del país en cuestión y de su combinación energética.
En el primer trimestre, el periodo más frío del año, debido a que los precios del gas están en sus "máximos estacionales", producir electricidad con energía termoeléctrica es más caro. Por lo tanto, también en el caso de la energía, el primer trimestre debería ser el más alto del año. En el segundo trimestre, el menor coste del gas se complementa con la producción hidroeléctrica debida al deshielo, la llamada Run Of River, que, según la abundancia o no, puede extenderse desde abril hasta principios/mediados de julio. Por ello, el segundo trimestre debería ser el más bajo del año en cuanto a precios de la electricidad, seguido del tercero.
En los meses de verano, sin embargo, las altas temperaturas provocan una demanda adicional de electricidad para refrigeración y, por esta razón, los precios son algo más altos que en el segundo trimestre.
Por último, el cuarto trimestre sigue de cerca el aumento de los precios del gas, que conlleva un aumento de los costes de producción de la termoeléctrica y, en consecuencia, de los precios de la electricidad.
Por último, el cuarto trimestre sigue de cerca el aumento de los precios del gas, que conlleva un aumento de los costes de producción de la termoeléctrica y, en consecuencia, de los precios de la electricidad.
La tendencia de los trimestres sobre la estacionalidad de la energía
En general, es necesario comprender la estacionalidad de los mercados para poder prever la tendencia, aunque cada vez más a menudo las situaciones contingentes alteran el equilibrio y, por tanto, las proporciones "teóricas" de los precios de las que venimos hablando. Por eso, seguir con atención el mercado y controlar sus fundamentos es esencial si quiere optimizar su suministro de gas o electricidad.
Traducido por Giulia Romani